El Comercio Justo, el comercio que más respeta.

Todos aspiramos en cierta medida a cambiar el mundo, pero para ello es esencial que el cambio empiece por uno mismo. ¿Qué pensarías si te dijeran que una simple rutina como es hacer la compra, podría ayudar a garantizar la dignidad de todo un pueblo? Pues es posible. Un gesto como adquirir productos de Comercio Justo pone esa posibilidad al alcance de tu mano.

La clave reside en que, cuando practicas un comercio justo, no estás convirtiendo a los beneficiarios –pequeños productores y cooperativas y sus familias- en dependientes de una ayuda directa, sino que contribuyes a que les permita trabajar de manera digna y libre para ganar sus propios salarios y garantizar el futuro de toda la comunidad.

¿Y qué es exactamente el Comercio Justo?

El Comercio Justo es un sistema comercial solidario y alternativo al convencional que persigue el desarrollo de los pueblos y la lucha contra la pobreza. Se basa en:

  • Garantizar unas condiciones laborales y salarios adecuados para los productores del Sur que les permitan vivir con dignidad.

  • Impedir la explotación laboral infantil.

  • La igualdad entre hombres y mujeres, ya que ambos reciben un trato y una retribución económica equitativa.

  • El respeto al medioambiente, gracias a que los artículos se fabrican a través de prácticas respetuosas con el entorno en el que se producen.

Por todo ello, el Comercio Justo es una herramienta única de cooperación. Además es todo un movimiento internacional formado por organizaciones de Sur y Norte, cuyo objetivo es mejorar el acceso al mercado de los productores más desfavorecidos y cambiar las injustas reglas del comercio internacional, que consolida la pobreza y la desigualdad.

Los diez principios internacionales del Comercio Justo

Como todo movimiento, el Comercio Justo cuenta con unos principios comunes; diez criterios que establece la Organización Mundial de Comercio Justo y deben ser cumplidos por todas las organizaciones que trabajan dentro del mismo.

  1. Creación de oportunidades para productores con desventajas económicas.

  2. Transparencia y responsabilidad

  3. Prácticas comerciales justas

  4. Pago de un precio justo

  5. Asegurar ausencia de trabajo infantil y trabajo forzoso

  6. Compromiso con la no discriminación, equidad de género y libertad de asociación

  7. Asegurar buenas condiciones de trabajo

  8. Facilitar el desarrollo de capacidades

  9. Promoción del Comercio Justo

  10. Respeto por el medio ambiente

Un poco de Historia…

El movimiento del Comercio Justo comenzó entre los años 40 y 50 en Estados Unidos, cuando varias organizaciones empezaron comprando bordados de Puerto Rico y vendiendo artesanía de comunidades del Sur. La primera tienda formal abrió en 1958.

En Europa, la ONG Oxfam en Reino Unido empezó a vender artesanías fabricadas por refugiados chinos en sus propios locales. En 1964, creó la primera Organización de Comercio Justo.

En 1967 se crea la primera importadora de Comercio Justo en Holanda. Dos años más tarde, abre la primera tienda europea. A partir de ahí comienza a establecerse la red de tiendas solidarias en varios países: Holanda, Alemania, Suiza, Austria, Francia, Suecia, Gran Bretaña y Bélgica. En las décadas de los 60 y 70 comienzan a establecerse organizaciones de productores de Comercio Justo en África, América Latina y Asia.

1973 es un año clave, ya que se comenzó a distribuir café, el primer artículo de alimentación, producido por cooperativas de agricultores de Guatemala. En los años 70 y 80, comenzaron a incorporarse otros productos de alimentación (té, azúcar, cacao, etc.)

En  1987, 11 importadoras europeas constituyen la Asociación Europea de Comercio Justo, y dos años más tarde se crea IFAT, la actual WFTO, Organización Mundial de Comercio Justo, que agrupa a 400 organizaciones de todo el mundo. La red de Tiendas del Mundo en Europa fue establecida formalmente en 1994. En 2004 se formaliza la marca Organización de Comercio Justo para las entidades que cumplen con los requisitos.

A lo largo de todos estos años, el movimiento ha logrado varios éxitos en aspectos de incidencia política común. Hoy se calcula que existen más de 2’5 millones de productores en más de 70 países del Sur, más de 500 organizaciones importadoras y más de 4000 tiendas especializadas.

 

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