Café de Comercio Justo (III): La solución al problema: un café más “justo"

Los productores tienen que competir con grandes multinacionales para acceder al mercado. Por eso, lo que reciben estas familias en el mercado convencional es casi siempre menos que la cotización en Bolsa, ya que se ven forzados a vender su café a los intermediarios a precios miserables e injustos.

A estos pequeños productores les falta, sobre todo, una mayor participación en la cadena mundial y la información de mercado necesaria para poder ajustar su producción cuando fuera necesario. Y esto, entre otras muchas cosas, es lo que les aporta el Comercio Justo.

Los vendedores que funcionan agrupados en cooperativas de Comercio Justo tienen una mayor información, un mejor acceso a los mercados y más poder de negociación que los que  lo hacen de manera individual, por lo que su posición dentro de la cadena es menos vulnerable.

De hecho, algunos de los estándares de Comercio Justo para el café son:

  • Solo se admite a  pequeños productores organizados en cooperativas.
  • Las organizaciones deben ser políticamente independientes y tener una estructura democrática, en la que cada socio tenga los mismos derechos de voto.
  • Las cooperativas de productores reciben un precio mínimo fijo y si el precio mundial es más alto que el precio de Comercio Justo, a los productores se les paga el precio más alto.
  • Por lo menos 5 centavos de dólar por cada libra de café tienen que ser utilizados para proyectos de mejora de la productividad y la calidad y el ingreso restante de los beneficios debe ser para inversiones sociales o económicas en favor de toda la comunidad.
  • Las normas ambientales limitan el uso de agroquímicos y apoyan a los agricultores para lograr una producción sostenible.
  • Se prohíbe el trabajo forzoso y el trabajo infantil ilegal.

Cuando un producto, en este caso el café, lleva el Sello de Certificación de Comercio Justo FAIRTRADE, significa que los productores y comerciantes han cumplido con todos los criterios establecidos. En la Café-Tienda de Romero Comercio Justo y también en www.romerocomerciojusto.com tienes a tu disposición una gran variedad de estos cafés “justos”. Los hay de distintos tipos, tamaños y procedencias, para que puedas disfrutar del mejor sabor y aroma de este producto y además contribuir a cambiar la vida de los pequeños caficultores.

Un claro ejemplo: Los productores de Uganda

Uganda es la segunda cuna del café mundial. De las dos variedades de café que actualmente se comercializan en el mundo, la Arábica y la Robusta, la primera es originaria de Etiopía y la Robusta procede de Uganda.

El cultivo del café es esencial para este país. Alrededor del 20% de la población depende de este producto como única fuente de ingresos, y el 97% del café ugandés lo producen unos 500.000 campesinos y campesinas en pequeñas fincas familiares que no superan la hectárea de extensión.

John Nuwagaba vive en el corazón de África. Este hombre representa a más de 6.000  pequeños campesinos y campesinas de 13 cooperativas agrupadas en  la Ankole Coffee Producers Cooperative Union (ACPCU).

Algunas comenzaron en los años 50 con el cultivo y la venta del café y con el paso del tiempo se dieron cuenta de que su unión podría, entre otras muchas cosas, ayudarles a hacer frente  a las empresas intermediarias que solían abusar de ser las únicas con capacidad de trasladar el café a otros mercados más organizados.

Cincuenta años más tarde, estas cooperativas crearon la ACPCU y se convirtieron en un grupo productor de Comercio Justo. Hoy sus campesinos y campesinas reciben por su café hasta tres veces más que los productores que venden al mercado convencional.

Intermón Oxfam, una organización no gubernamental de cooperación para el desarrollo que busca ofrecer una respuesta integral al reto de la pobreza y la injusticia a nivel mundial, habló con John acerca de lo que ha supuesto el Comercio Justo en la vida de los productores de café de la ACPCU, especialmente de un colectivo siempre desfavorecido como el de las mujeres, y esto es lo que cuenta.

El comercio justo ha mejorado la vida de los productores, especialmente de las mujeres enfatizando su participación. En los estatutos de ACPCU se contemplada que al menos un tercio de sus miembros tienen que ser mujeres y jóvenes. Hoy contamos con 1.681 campesinas.

Además, las mujeres pueden ser miembros de la cooperativa a título individual y no a través de sus maridos como sería lo habitual en la comunidad y las productoras ahora son capaces de tener sus parcelas propias de café para cultivar. Algunas de ellas han sido elegidas para estar en los comités de administración y ganan su propio dinero por el cultivo de su tierra. Gracias a ello, están empezando a sentir que tienen capacidad de influencia en las decisiones para el desarrollo la comunidad

Como productor, John también se dirige a los consumidores españoles y les dedica estas palabras.

Que beban más de nuestro café porque están contribuyendo a transformar la vida de los campesinos y campesinas de mi comunidad. Beber más café de comercio justo significa transformar a los productores y las productoras de simples labradores y labradoras en cooperativistas con proyección comercial.

Significa más proyectos para la comunidad, mejora de las infraestructuras. Los consumidores y consumidoras tienen que tener la garantía que están bebiendo un café que no está destruyendo el medio ambiente, nuestra comunidad, nuestro país.

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